Más rápido se mueve una tortuga o un perezoso que la voluntad de los costarricenses, quienes se aperezaron para hacer su donativo a la edición número 24 de la Teletón, que se efectuó la noche del viernes y todo el sábado, y cuya meta original era recaudar ¢450 millones constantes y sonantes.
Al cierre de esta edición no se supo cuánto recaudó el Club Activo 20-30 Internacional de San José, organizador de esta actividad de 27 horas continuas, y cuya primera emisión fue allá en 1984
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Sin embargo, les puedo contar la experiencia de las primeras cuatro horas de esta maratónica actividad: recién pasada la medianoche del viernes, los cuatro primeros animadores (Verónica Bastos, Édgar Silva, Geovanny Calderón y Ginnés Rodríguez) pidieron la primera “pizarra” de la jornada.
Y a la pizarra le dolió encender los numeritos que conformaron la primera cifra: poco más de ¢13 millones. Alguien sentado muy cerca mío exclamó: “¡De por sí, al final se juntará todo el dinero!”.
No deja de tener razón. Fieles al lema popular de que dejamos todo para última hora, aquellos animadores le recordaron a la gente la necesidad de donar, donar y donar. “Lo que usted dé: un colón, dos colores o lo que guste... todo eso se le multiplicará”, fueron las palabras de Bastos.
Cartel. Al rato llegó la primera presentación internacional: el mexicano David Cavazo. En su presentación de tres canciones ofreció su éxito Bruja hada .
A las 11 p. m., llegó al escenario la niña “símbolo”, Cristal Pérez, acompañada de sus padres. Geovanny Calderón le tenía varias sorpresas cortesía de varias empresas patrocinadoras: una computadora, una beca con todo pago, una cocina y otros regalos.
Cuando las manecillas del reloj corrían presurosas hacia la medianoche, el Palacio estalló en gritos y aplausos cuando apareció de negro rígido la cantautora española Chenoa, quien deleitó a los presentes con cuatro temas: Rutinas, Absurda Cenicienta, Bolsillo de revés y Todo irá bien.
Y este fue el mensaje que ella quiso dejar antes de marcharse: con la ayuda de todos los costarricenses todo irá bien para la Unidad de Quemados del Hospital Nacional de Niños, a la que se le destinarán los ¢450 millones que, se espera, se logren recaudar para la compra de equipo especializado.
Al cierre de esta edición no se supo cuánto recaudó el Club Activo 20-30 Internacional de San José, organizador de esta actividad de 27 horas continuas, y cuya primera emisión fue allá en 1984
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Sin embargo, les puedo contar la experiencia de las primeras cuatro horas de esta maratónica actividad: recién pasada la medianoche del viernes, los cuatro primeros animadores (Verónica Bastos, Édgar Silva, Geovanny Calderón y Ginnés Rodríguez) pidieron la primera “pizarra” de la jornada.
Y a la pizarra le dolió encender los numeritos que conformaron la primera cifra: poco más de ¢13 millones. Alguien sentado muy cerca mío exclamó: “¡De por sí, al final se juntará todo el dinero!”.
No deja de tener razón. Fieles al lema popular de que dejamos todo para última hora, aquellos animadores le recordaron a la gente la necesidad de donar, donar y donar. “Lo que usted dé: un colón, dos colores o lo que guste... todo eso se le multiplicará”, fueron las palabras de Bastos.
Cartel. Al rato llegó la primera presentación internacional: el mexicano David Cavazo. En su presentación de tres canciones ofreció su éxito Bruja hada .
A las 11 p. m., llegó al escenario la niña “símbolo”, Cristal Pérez, acompañada de sus padres. Geovanny Calderón le tenía varias sorpresas cortesía de varias empresas patrocinadoras: una computadora, una beca con todo pago, una cocina y otros regalos.
Cuando las manecillas del reloj corrían presurosas hacia la medianoche, el Palacio estalló en gritos y aplausos cuando apareció de negro rígido la cantautora española Chenoa, quien deleitó a los presentes con cuatro temas: Rutinas, Absurda Cenicienta, Bolsillo de revés y Todo irá bien.
Y este fue el mensaje que ella quiso dejar antes de marcharse: con la ayuda de todos los costarricenses todo irá bien para la Unidad de Quemados del Hospital Nacional de Niños, a la que se le destinarán los ¢450 millones que, se espera, se logren recaudar para la compra de equipo especializado.